Venecia, más etérea, crepuscular y misteriosa que nunca. Un disciplinado escritor de éxito en el otoño de su vida. La belleza inmortal y efímera al mismo tiempo encarnada en un hermoso adolescente. Y la muerte como elección estética, como última e inevitable expresión artística. Con estos elementos plantea el Nobel Thomas Mann una novela cargada de sensibilidad que nos traspasa por su lirismo e intensidad. Un libro lleno de lecturas que invita tanto a la simple admiración como a la más profunda reflexión. Una de esas obras maestras que pasan a formar parte de tu vida y tu imaginario para siempre.
A pesar de su estilo minucioso y pausado en la primera parte, de una voz narrativa aún instalada a finales del S XIX, Mann consigue transmitirnos con lúcida cercanía y enorme talento la crisis vital y creativa de Aschenbach, el escritor protagonista. Un maduro artista alemán, un solitario encerrado en si mismo que ha vivido absolutamente dedicado a su trabajo. Enfrentado a sus contradicciones, angustiado por no haber sido jamás él mismo y considerándose ya incapaz de crear belleza, Aschenbach escapa a la romántica y decadente Venecia en busca de sosiego espiritual e inspiración.
Venecia
Aquí, en Venecia, comienza la segunda mitad del libro, mas dinámica y menos introspectiva. También más impactante y sobrecogedora. Aschenbach recorre la ciudad de los canales y se deleita con el universo extraordinario de su belleza, de esa belleza melancólica que nace de la descomposición, de aquello que se oxida y se destruye lentamente. A su lado camina también la Muerte, pues una silenciosa y letal epidemia ha llegado a la ciudad.
Las descripciones de Venecia son absolutas y magistrales; es imposible no sentir las texturas y colores de fachadas y callejones, no cerrar los ojos deslumbrados por el brillo del sol en los canales, no escuchar a las gaviotas o a los gondoleros y turistas. Esa ciudad enfermiza con un secreto mortífero que las autoridades ocultan se convierte en una protagonista más del libro, una entidad que retiene a Aschenbach y lo envuelve con una postrera ensoñación.
El Amor y la Muerte
Pues en ella, en la arena de la playa privada de su hotel, en las laberínticas calles, en los museos, en los atardeceres infinitos de ese verano, el envejecido escritor descubre a Tazdo, un hermoso y lánguido adolescente que le provoca los mas apasionados anhelos. Siente por él un amor espiritual, artístico y también erótico que le estremece profundamente.
Imposible no pensar en la gran Lolita de Nabokov o en la magistral La casa de las bellas durmientes del Nobel Kawabata cuya reseña encontrarás aquí, controvertidas y geniales obras que también tratan la pedofilia. Pero en el caso de Mann lo sexual es sublimado y nunca acontece, se traslada a una dimensión puramente estética. La atracción física deja paso a una fantasía que percibe a la belleza como catalizador de sensaciones intelectuales. A una admiración absoluta que eleva al protagonista y le hace caer definitivamente.
La Belleza
«Un solitario tiene experiencias mentales que son a la vez más intensas y menos articuladas que las de un hombre sociable. Las imágenes e impresiones que otros dejan de lado con una mirada, un comentario ligero o una sonrisa, lo ocupan más de lo que merecen; se sumergen en ellas silenciosamente, adquieren significado, se convierten en experiencia, emoción, aventura. La soledad da origen a lo original en nosotros, a una belleza desconocida y peligrosa, a la poesía. Pero también engendra lo contrario: lo perverso, lo ilícito, lo absurdo».
― Thomas Mann, La muerte en Venecia
Muerte en Venecia, publicada en 1912, es una novela profunda y evocadora, una oda a la búsqueda de la belleza como razón de vida frente a la inevitabilidad de la muerte. Es un canto de cisne artístico y vital, una reflexión sobre el hecho creativo, sobre la moral burguesa y la libertad personal. El hermoso retrato de una ciudad extraordinaria y una trágica historia de amor. Es todo eso y mucho mas. Solo puedo recomendar, si aún no lo has hecho, que pasees con Aschenbach por la inolvidable Venecia de sus paginas.
Si te ha gustado esta reseña, disfrutarás con esta sobre la maravillosa novela, una de las más destacadas del SXX, El Jardín de los Finzi-Contini, de Giorgio Bassani.