Córcega, isla de la belleza, joya de carácter único, la gran desconocida del mediterráneo. ¡Y más en furgoneta! Su insularidad, personalidad reservada y temibles carreteras han contribuido a que la experiencia camper en este paraíso sea escasa. Quizá por ello visitarla es una aventura maravillosa que no olvidaremos. En este articulo compartimos los consejos que consideramos más importantes para que hagáis realidad vuestra propia expedición corsa.
Córcega en Furgoneta
La isla de Córcega es distinta a cualquier otra en el Mar Mediterráneo, un pedazo de los Alpes desgajado del continente Europeo. Sus altas y escarpadas cumbres, los espesos bosques, sus encantadores pueblos de piedra y tejados de pizarra contrastan con el azul imposible de las espectaculares playas, el clima templado y la poderosa luz. Córcega es diversa, auténtica y única. Y perfecta para visitarla en furgoneta.
(Antes de continuar hacia Córcega, un instante para recomendarte también el último reportaje guía de nuestros viajes en camper: El viaje a Grecia en furgoneta, la fantástica odisea camper que tienes a tu alcance clicando en este enlace.)
Llegar a Córcega
Si viajamos a Córcega en furgoneta será inevitable hacerlo en Ferri. Conviene, sobre todo si viajas en verano, reservar con antelación. Aquí tenéis un buscador de compañías y distintos itinerarios de los barcos a la isla. Los más recomendables son los de Corsica Ferries, con salidas desde Tolon y Niza y llegadas a varios puntos de Córcega. Es posible desembarcar en Bastia, por ejemplo, y regresar al continente desde otro puerto, como Ajaccio.
Carreteras
Las carreteras de la isla, sobre todo en el interior montañoso, son legendarias por su estrechez y su trazado sinuoso. Empinadas y con un firme en no muy buen estado, atraviesan paisajes de ensueño y pueblos dormidos que esperan a la vuelta de cada curva. Acantilados imponentes se asoman al mar en vías donde deberás apartarte para poder pasar si te encuentras con otro vehículo. ¡Y aun así amarás cada segundo de la ruta!
Las autovías alrededor de la capital y la que recorre la costa este de sur a norte son las mejores y más rápidas. Casi todo lo demás es un laberinto de carreteras comarcales que atraviesan las montañas y acantilados costeros por lugares inverosímiles y bellísimos. La furgoneta es el vehículo perfecto para recorrerlas por sus dimensiones reducidas y su agilidad. Atención, puede que con una AC tengas problemas en las abundantes carreteras estrechas.
La velocidad máxima es 50 Km/h en ciudades y 80 Km/h en carretera. Aunque la conducción es pausada, los locales que a veces circulan a toda velocidad y los rebaños (¡ojo con los cerdos sueltos!) son peligros potenciales. Aparcar en los pueblitos más turísticos, tipo Bonifacio o Calvi, puede ser muy complicado. Las bicicletas son una opción perfecta y complementaria a la furgoneta para disfrutar Córcega.
No hay autopistas y no pagaremos peajes. Al pertenecer a Francia, en Córcega se siguen las mismas normas de circulación comunitarias que en España. El carnet de conducir es válido y es necesario llevar el seguro del vehículo en regla. Las gasolineras, aunque las etapas no son largas, no abundan en las zonas más remotas. Serenidad al volante, atención ¡y a disfrutar de la espectacular ruta!
Donde dormir
La acampada libre está prohibida y así se señala en las zonas más turísticas. Pero en las más aisladas y en temporada baja podrás encontrar, ayudado por Park4night, rincones donde acampar si mantienes un perfil bajo y por supuesto causas cero impacto. Los Corsos rechazan activamente el turismo masivo y a los visitantes irresponsables. Crecer pero conservar su modo de vida y el patrimonio natural es lema de su política nacionalista, mayoritaria en las urnas.
Los campings son abundantes: desde los más equipados y alrededor de los principales centros turísticos, a abundantes campings sencillos en enclaves naturales absolutamente maravillosos. Hay más de 170 en total y las app tipo Park4night y similares los señalan. También, aunque más escasas, hay unas 50 áreas AC o parkings autorizados para pernocta repartidos por la isla.
Cuando ir
Elegir cual es la mejor época para ir a Córcega depende de factores como el clima, mediterráneo y templado casi todo el año pero que cambia lo suficiente como para tenerlo en cuenta. El calor del verano, que puede alcanzar más de 35 grados, la masificación y el aumento de los precios por la temporada alta hacen desaconsejable el verano, julio y agosto.
La temporada media y baja, otoño y primavera, (abril, mayo, junio, septiembre, octubre) es perfecta para disfrutar el excelente senderismo o las maravillosas rutas en bicicleta con menos tráfico y precios más bajos. El invierno también ofrece belleza impactante y tres estaciones de esquí, aunque los ríos bajan muy fríos, la playa queda descartada y deberás abrigarte en las nevadas cumbres de la isla.
Viajar con un gato
Es nuestro caso y cada vez de más compis de ruta. Frodo ha recorrido ya 12 países en la furgo. ¡Y le encanta! Nuestra experiencia y los consejos más importantes para disfrutar juntos del viaje están en este articulo sobre el viaje a Finlandia en furgoneta buscando las auroras boreales . ¡Gatos viajeros, gatos felices!
Nuestro viaje
Conducimos aproximadamente 700 Km desde nuestra casa hasta Tolon, el puerto francés donde al atardecer embarcamos en el Ferri dirección Bastia. Navegamos con Corsica Ferrries y reservamos un camarote para no dejar a Frodo solo las 11 horas de viaje. Una mañana maravillosa nos recibe y comenzamos esta ruta circular explorando la península norte de la isla, el maravilloso Cap Corse.
El Norte – Cap Corse y Desierto de Agriates
El Cap Corse es un mundo en si mismo, un reducto costero de las esencias más corsas de Corsica. La bellísima carretera litoral engarza pequeños pueblos detenidos en el tiempo. Torres de vigilancia genovesas dominan playas vírgenes entre abruptos acantilados, viñas y huertas montañosas. Bosques y carreteras de ensueño para rutearlas en bicicleta y, como en toda la isla, un ritmo apacible y contagioso.
Erbalunga, Macinaggio, Barcaggio, Rogliano, Centuri, Nonza… pequeñas joyas que encontramos en esta ruta mágica por el Cap Corse. Y costeándolo hacia el sur llegamos a Saint Florent, final de la península y puerta del Desierto de Agriates, un árido y espectacular tramo de costa con playas tan bellas como la de Ostriconi. Que mejor base para explorar en bicicleta los «pueblos colgantes» de Novella, Urtaca y Lama y disfrutar desde ellos un atardecer abalconado al mar.
Costa oeste y centro – La Balagñe, Calvi, Porto y pueblos artesanos
La Balagne es una de las comarcas corsas más bellas, si ello es posible. La pequeña y encantadora ciudad costera de L’ille Rousse, duerme a la sombra de los imponentes picos de la sierra y es nuestra primera base para recorrerla en bicicleta. Saliendo de la preciosa playa de Bodri hasta los mágicos pueblos del interior, Monticello, Spelloncatto, Feliceto, Aregno, Pigna y Corbara. ¡Una ruta circular inolvidable!
Costeamos hasta la capital de la Balagne, la bella ciudad de Calvi, y aún más al sur, hasta la salvaje Galéria, donde pedaleamos el Monte Extremo sobre el espectacular Valle del Fango.
La carretera desde Galéria a Porto es sin duda el tramo más espectacular y abrumador del recorrido costero. Imponentes acantilados, un inmenso mar azul turquesa y una carretera tan estrecha y sinuosa que te hará sudar de nervios y emoción.
La escénica carretera de vértigo continua dejándonos boquiabiertos bordeando el Golfo de Sagone y sus calas vírgenes, donde reponemos fuerzas para conducir a través de la capital, Ajaccio, sin detenernos hasta alcanzar zonas menos turísticas. Estamos oficialmente en el sur de la isla de Córcega. ¡Y es precioso!
Playas Costa Sur
Al sur de la capital y tras ese breve episodio urbano, la costa recupera la belleza salvaje y prodigiosa que caracteriza a esta isla. Cala tras cala y rodeados de bosque, sorteamos curvas imposibles e infinitas. Conducimos en silencio con las montañas siempre al fondo, superados por tanta belleza, sometidos a una especie de hipnosis corsa.
Desde la punta de Orzu a la de Roccapina exploramos el litoral suroeste de la isla y encontramos senderos que conducen a tesoros hechos de bosque y arena blanca, de agua turquesa y puestas de sol, de paz y naturaleza en estado puro. Es Córcega que nos regala una caricia más.
Despertamos un segundo de este dulce ensueño y comprobamos que han pasado siglos en un instante. Hemos disfrutado este paraíso en forma de playa más tiempo del previsto y debemos descartar otro destino de la ruta. Elegimos no visitar Bonifacio, el pueblo más turístico de la isla, y optamos por la inaccesible belleza de las montañas interiores. Alla vamos!
Centro y este – Agujas de Bavella
Una de las particularidades de Córcega es la cercanía entre la costa, tapizada de bosques y playas espectaculares, y las montañas y valles casi alpinos con más de 20 picos por encima de los 2.000 metros. En pocos minutos y disfrutando los paisajes de la espectacular y sinuosa carretera, ascendemos desde el mar hasta el pueblecito de Zonza, a los pies de las impresionantes Agujas de Bavella.
Desde Zonza pedaleamos el valle en medio de paisajes bellísimos y paz que nos da fuerzas para regresar a Bastia y cerrar un viaje inolvidable. Naturaleza, gastronomía, historia y contrastes en la isla de la belleza. Muchos atractivos, como Bonifacio, Porto Vecchio o Sarténe, han quedado fuera de este viaje. Por ello y por todo lo vivido, ¡Gracias y hasta pronto, Córcega!
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