Una declaración de amor incondicional. Una apasionada confesión llena de gratitud y admiración. Más que una reseña, estas palabras quieren ser testimonio de mi amor por Los Papeles Póstumos del Club Pickwick, por su encantadora, fresca y brillante, divertida, afilada y exuberante genialidad. Por alegrar mi corazón, reconciliarme con la vida y traerme a amigos que seguirán siempre conmigo. Gracias Charles Dickens!
Road Movie victoriana
En esta inolvidable Road Movie victoriana acompañamos a un grupo de entrañables caballeros ingleses de mediana edad que deciden recorrer la Inglaterra de principios del SXIX en nombre de su peculiar club científico. El propio señor Pickwick, presidente del club que lleva su nombre, y tres peripatéticos compañeros Pickwikianos. El supuesto poeta Tupman, el autoproclamado deportista Snodgras y el tímido cupido Winkle esperan ampliar con esos viajes sus conocimientos del género humano y del mundo.
Las situaciones cómicas, los malentendidos y encuentros más o menos afortunados con notabilísimos personajes de toda índole se suceden sin descanso a lo largo de sus ochocientas páginas.
Opera Prima genial
La novela, la primera de Charles Dickens y escrita cuando el genio solo tenía 23 años, muestra ya todas las claves de su obra futura: su amor por la caricatura y lo grotesco, la sátira social mordaz, el drama y el humor, el sentimentalismo y la conciencia social.
A lo largo del viaje, el autor retrata las ridículas ínfulas y pomposa necedad de políticos, periodistas, banqueros, cocheros, taberneros o delincuentes de baja estofa. Nadie se libra de la mirada aguda de Dickens: militares, médicos y abogados, eclesiásticos o actores, todos son jocosamente mostrados en una radiografía coral que expone su estupidez, corrupción o falta de escrúpulos.
El filántropo y filósofo Samuel Pickwick, » bienhumorado observador de la naturaleza humana», un ingenuo idealista que mira el mundo con benevolentes ojos casi infantiles, encabeza una verdadera legión de personajes. En esa enorme lista encontraremos algunos de los secundarios más divertidos, inteligentes, malvados o patéticos que jamás se han visto. Cada uno de ellos con voz inconfundible y absolutamente contemporánea casi 200 años después.
A destacar el astuto cockney Sam Weller que será contratado como sirviente, una deliciosa contrapartida a lo Sancho Panza para la ingenuidad idealista del Quijote Pickwick.
Serie o peli?
Fue escrita originalmente como una serie de 57 episodios publicados mensualmente en la prensa, y se puede alegar que El Club Pickwick sea por ello excesivamente larga, a veces inconexa o forzada la inserción de algunos cuentos dentro de la novela. Pero son pequeños detalles que no ensombrecen el talento de un contador superdotado que ya ha alcanzado su voz definitiva. Un lenguaje original, elaborado pero directo, infinitamente inventivo y evocador, capaz de emocionarnos o provocar carcajadas con una descripción o un diálogo.
Esta novela, en realidad una serie de viñetas disfrazadas de continuidad narrativa, contiene sabiduría y humanidad a raudales, entrañable humor y bonhomía, acertada critica social, y una bella meditación sobre la amistad. Entre Pickwick, sus compañeros y Sam Weller, entre este y su padre, entre el lector y Dickens. Un clásico que, como dijo Fernando Pessoa, provoca una de las grandes tragedias en la vida del que lo ha leído: no poder jamás volver disfrutar el placer de leerlo por primera vez.
Podéis leerlo gratis en este PDF o comprarlo online aquí. Si te ha gustado esta, la reseña de La Muerte en Venecia de Thomas Mann te esta esperando aquí, ¿te vienes a la ciudad de los canales, la belleza y el misterio?