Akwidaa Old Town es una pequeña comunidad de pescadores en la costa de West Ghana, África. En la desembocadura del río, casas de adobe, madera y metal, sin electricidad o agua corriente, se arriman sobre la arena en un laberinto de humanidad que mira al mar desde hace siglos. La bahía, el istmo, la selva y las playas son bellísimos, el paraíso tropical que todos imaginamos.
New Town
El desarrollo, tal y como lo entendemos, ha pasado siempre lejos de aquí. Se ha quedado en New Town, un reasentamiento del interior escindido de Akwidaa. Allí ha vencido el sedentarismo agricultor frente a la provisionalidad del mar. En New Town ganó el cruce de caminos a la playa, el mercado y la venta dejaron atrás al promontorio rocoso y a la pesca. Unos kilómetros tierra adentro encontraremos escuelas, tiendas, talleres e iglesias de todos los credos. Se vende cerveza fría y se ve la televisión. Aunque para llegar a New Town desde nuestra «civilización» también hay que atravesar Kms de selva por pistas de tierra, esa comunidad representa la modernidad para Akwidaa, la olvidada y orgullosa perla pirata.
En Akwidaa se respira alegría a pesar de carecer de lo más elemental, viviendas dignas o sanidad básica. Cabras y buitres recorren la playa, el gran vertedero. Las aguas sucias se canalizan al descubierto por las calles de esta Venecia africana que muestra la cara menos amable de la globalización. Y se sonríe con mirada despejada, se regalan amabilidad y peces y no se pide nada a cambio.
Charity
El hospital más cercano está lejos, en Dixcove. Lo visitamos guiados por Charity, la enfermera jefe. Charity lleva años trabajando aquí, ha visto pasar a muchos médicos y enfermeras que solo soportaron la presión durante unos meses. Actualmente, un medico, 4 asistentes y un puñado de enfermeras atienden casi sin medios a una población estimada de 40.000 personas. El porcentaje de muerte infantil hasta los 3 años es del 50%. La malaria, el cólera o el tifus son pandemias crónicas. La única ambulancia duerme definitivamente averiada en la puerta, un monumento oxidado al esfuerzo de esta gente.
Un alto tronco clavado en la arena y un cabo colgando de su punta atado a una chancleta son el campo deportivo municipal: los jóvenes pasan horas empujando la sandalia con la mano hasta que se enrolla el cabo en el tronco, y vuelta a empezar. Los más niños recogen pedazos de corteza y ramas de árbol traídos por el mar e improvisan de manera natural unas tablas para divertirse en las olas: sin saberlo, han inventado el Surf otra vez.
Mercy Wood
Mercy Wood tiene setenta y tres años y es la matriarca de la comunidad. Su hija y su nieta posan orgullosas a su lado para la fotografía. Mercy fue profesora de la antigua escuela en Akwidaa, durante años usó los bancos de la iglesia presbiteriana como pupitres. Hasta que esta congregación también emigró a New Town y prefirió llevárselos para el rezo en la próspera capital de comarca. Ahora aquí se estudia sentados en cajas o sobre la arena.
Un chico corta unas botellas de plástico y las convierte en tambores improvisados. Con dos ramas de bambú interpreta música y percusión para todos. Comienza el baile, los niños gritan, saltan, ríen a carcajadas. Mientras se danza, los botes salen a pescar un día más con la marea. Cruzamos el puente de tablones que nos separa del continente pensando en que éste es el centro del mundo, la realidad, y que los occidentales, ahí afuera, en las inmediaciones de la vida, soñamos un espejismo alucinado. ¡Gracias, Akwidaa! ¡Medah si pah, Ghana!
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Muy bueno, gracias por la perspectiva…
Gracias, Silvia. Comparto mi punto de vista, es sobre lo que puedo escribir. Me alegra que te interese. Saludos!
En estos días de tu viaje en Tránsito por Ghana me recordaste el trance de las grandes pasiones donde lo verdadero y lo humano se convierten en uno!!! espero que disfrutes con la máxima intensidad..yo la tengo metida en la sangre!! un abrazo aventurero
Un abrazo grande Tony, es un placer compartir estas experiencias y sentir que son disfrutadas y entendidas. Hasta pronto, como siempre!
Super bagus portret, saya suka banyak kerjamu:) Selamat kamu bro! La verdad es que vivo como un rajá.
Gracias Pablo, un abrazo y un viento amable de conciencia global y de hermandad para esa maravillosa isla…Vete preparando la villa en Ubud que te mereces. Ojala vuelva por alli pronto!
Sentirme tan lejos y tan cerca de esos lugares que existen en el mundo es un regalo que nunca vas a imaginar cuanto me gusta.. Gracias Alvarito!!!
Mejor sientete cerca estando lejos hasta que cambien las cosas o cambies tu. Abrazo y salud! 😉
Gracias por hacernos llegar a lugares donde nunca hemos llegado muchas veces. Es mejor que un documental, porque enseñas el mundo a través de tu prisma particular. Y eso nos enriquece a todos. A tí y a quienes te acompañamos desde «el mundo civilizado».
Gracias a ti y un abrazo, Camino de bonito nombre!
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