La banda de la tenaza es una hermosa oda a la naturaleza, las desternillantes aventuras de 4 pintorescos activistas medioambientales, una trepidante road movie a través de los bellos desiertos del suroeste de Estados Unidos y un manual de ecoterrorismo naif.
Todo eso y más encontraremos en esta novela de Edward Abbey, un mito de la contracultura estadounidense. Además en una edición ilustrada por el gran dibujante underground Robert Crumb. ¿Qué más podemos pedir?
Sabotaje y aventuras en el desierto
“Este libro está basado estrictamente en hechos reales, Todo lo descrito es real y ha ocurrido. Todo comenzó justo el año que viene”.
Así comentaba en el prologo Edward Abbey su novela La Banda de la Tenaza (The Monkey Wrench Gang) publicada por primera vez en 1975. Era la época dorada de los movimientos contraculturales y de resistencia ciudadana frente al sistema. En lo medioambiental este libro visionario supuso un impacto gigantesco. Solo cuatro años después de su publicación nació el más importante movimiento ecologista radical, Earth First, inspirado en la novela de Abbey.
El desierto y las montañas de Utah y Arizona son el escenario principal del libro y sin duda el gran protagonista. La novela nos sumerge con maestría en un ecosistema riquísimo y complejo, de belleza sobrecogedora y con una energía profunda y poderosa. Vemos como los que vivieron aquí durante dos milenios en armonía, comunidades que llamamos indígenas, están desposeídas y narcotizadas por el alcoholismo y las drogas, el racismo y la falta de oportunidades. Los nativos contemplan el expolio de la naturaleza madre adormecidos por la limosna otorgada. Una migaja de los enormes beneficios económicos que su irreparable destrucción produce a las grandes compañías constructoras, petroleras, químicas o mineras.
La Banda de la tenaza
En ese contexto, el autor, o al menos sus cuatro peculiares personajes protagonistas, deciden pasar a la acción en defensa de la naturaleza. Realizan sabotajes domésticos, de poca monta al principio, en infraestructuras humanas (industriales, energéticas, de transporte…) para intentar detener la ciega y destructiva avaricia del progreso.
Son cuatro singulares quijotes muy distintos entre si: un cirujano sexagenario, pirómano y anarquista, su asistente y amante, una joven de Nueva York enamorada de la naturaleza sureña, un ex boina verde que ha vuelto de la guerra de Vietnam lleno de energía positiva y odio al mismo tiempo, y un guía turístico de la reserva del Río Colorado, mormón y con tres esposas.
Estos pirados entrañables queman vallas publicitarias, inutilizan excavadoras y camiones, y hasta vuelan puentes, causando daños materiales, pero evitando siempre daños personales. Toda una emocionante y divertida utopía romántica del activismo contada con un hilarante y desenfrenado ritmo y desde un amor por la naturaleza de esos parajes que llega a conmovernos. Un libro que en nuestros días funciona más como una divertida fabula natural y un inspirador cuento de aventuras fantásticas que como el subversivo Manual de Ecoterrorismo casero que se consideró en su época.
Edward Abbey y el Monkeywrenching
Edward Abbey (1927-1989) veterano de la II guerra mundial, licenciado en Filosofía con una tesis sobre “La Anarquía y la moral de la violencia”, guardabosques y escritor, fue siempre un espíritu libre y un amante de la naturaleza y la controversia. Seguidor del lema del poeta americano Walt Whitman “Resist much, Obey little” (resiste mucho, obedece poco), la derecha le consideraba un anarquista radical y la izquierda le veía como un liberal reaccionario y un machista.
Tras el impacto de La Banda de la Tenaza, parte del titulo en ingles de la novela, Monkey Wrench (llave inglesa), pasó a definir cualquier acto de defensa y ataque frente al sistema. Así, el Monkeywrenching ha definido los boicots a las excavadoras de entonces y define los ciberbombardeos en las redes sociales hoy en día.
El actor y director Robert Redford, que compró los derechos de la novela para llevarla al cine, cabalgó con El autor de La Banda de la Tenaza durante un par de semanas de acampada por las rutas salvajes que Abbey tanto amaba. Redford le describe como una presencia imponente, como alguien mineral, solido y consecuente con sus ideas. Edward Abbey pidió que al morir se le enterrara en algún lugar anónimo del desierto. Hoy en día se desconoce donde se encuentra su tumba.
Si te ha gustado, seguro que disfrutas viajando a la Barranca del Cobre y la tierra Tarahumara con este reportaje
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