Una obra maestra
Malcom Lowry siempre figurará bien alto en la lista de los escritores malditos. Por su agitada vida y su temprana muerte, pero sobre todo por su magistral novela Bajo el volcán (1947), una de las más geniales del SXX. El ex cónsul británico en México Geoffrey Firmin protagoniza un lúcido y conmovedor retrato de la condición humana, un perfecto ejemplo de la pulsión por la muerte, la autodestrucción y la negación a la vida. Este antihéroe alcoholizado y profundamente sensible flota entre la resignación y el pánico, entre la narcosis y el estupor, y nos arrastra con él hacía un desenlace trágico casi escrito por el propio destino.
El día de los muertos
Estamos en Cuernavaca, una ciudad colonial mexicana a la perpetua sombra de los volcanes Popocatepetl y Ixtaccihuatlel. Es el día de los muertos, el dos de Noviembre de 1938; se acerca la violenta eclosión mundial del fascismo que culminará en la guerra civil española y después en la II guerra mundial. Envuelto en una atmósfera opresiva hecha de recuerdos, culpa y fantasmas y regada con abundante mezcal, el cónsul recibe la visita de su mujer y de su hermanastro. Durante las próximas 24 horas viviremos con ellos un intenso torbellino de sentimientos encontrados, de presagios, fatalidad y vida.
Bajo el Volcán
Publicada finalmente en 1947, Lowry trabajó en Bajo el Volcán al menos 10 años. Es una novela exigente para lectores exigentes: las líneas de tiempo mezcladas, la narración a la manera de Faulkner siguiendo diferentes voces y corrientes de pensamiento, la densidad de descripciones y reflexiones. Ejemplos del deleite que proporciona su lectura, pero también de los retos que plantea. El mismo Lowry consideraba recomendable leerla al menos dos veces para que, según sus propias palabras, «explotase en la cabeza»
Y Bajo el Volcán lo hace; perturba, desasosiega, sobrecoge. Nos extravía en un bosque de símbolos y alegorías extraordinarias que nos afecta, emociona o conmociona según desee el autor. Nos traslada a ese limbo entre el mundo real y lo mágico donde paulatinamente se instala el cónsul y del que regresaremos siendo otras personas.
Escrita como un genial puzle, Bajo el Volcán está tan cerca del Melville de Moby Dick o el Conrad de El Corazón de las tinieblas como de las espesas paginas de Joyce. Su carácter único y su calidad literaria producen cientos de lecturas e interpretaciones diferentes.
Se puede leer como una novela romántica, política, mística o filosófica. Trata de la condenación, el fascismo, el amor o la muerte. Es una tragedia y, por momentos, una comedia. Este genial libro se niega a aceptar etiquetas definitivas. Su lectura representa una experiencia en si misma que recomiendo vivamente. Si aún no lo has hecho, brinda con Geoffrey y Malcom Bajo el Volcán. ¡A vuestra salud!
Podéis leer gratis Bajo el Volcán en el PDF de este link o comprar el libro en este enlace.
Gracias por tan entusiasta e interesante reseña. La tenía en mi lista pero voy a adelantar su lectura, motivada por las múltiples lecturas que apuntas y por la libertad creativa
Gracias a ti por pasar por aquí y dejar tu huella. Espero que disfrutes mucho Bajo el Volcán, es un libro intenso e inolvidable.
Un saludo y bienvenida!