Jennifer Egan ganó el Pulitzer en 2011 con “El tiempo es un canalla”, un libro con la estructura narrativa fragmentada de una serie de TV (Egan reconoce Los Soprano como una de las influencias al escribirlo) o de una canción de rock (los Dead Kennedys como línea de vida del protagonista principal) y con un prodigioso sentido del ritmo. HBO ha comprado los derechos de este libro que nos atrapa desde las primeras líneas y sostiene el interés hasta el final.
Innovación, relato coral y saltos en el tiempo
Egan nos presenta a varios personajes enlazados y protagonistas de cada uno de los 13 capítulos, que saltan adelante y atrás de los años 60 a una distópica década 2020. Todos los capítulos son episodios independientes pero conectados, contados por varias voces narrativas diferentes y en los que uno de los personajes es el eje y alguno de los demás aparece en segundo o tercer plano.
Esta forma de «descomponer» la historia y sus puntos de vista y momentos resulta caleidoscópica pero funciona perfectamente y nos lleva de la mano hasta el final satisfechos, sorprendidos y enganchados. El penúltimo capítulo, por ejemplo, es un ejercicio de originalidad y talento, escrito a la manera de un PowerPoint por una niña de 12 años y con un contenido sorprendentemente humano.
El rock y el paso del tiempo
La industria del rock y su decadencia, la música y su grado de honestidad son temas comunes a grandes libros/serie como Vernon Subutex de la que hablamos aquí. Los Dead Kennedys, Iggy Pop y los Stooges, Blondie… Toda una generación de punk estadounidense y su actitud se pasean por las paginas de El tiempo es un canalla.
La crisis del heteropatriarcado y los nuevos roles de masculinidad, las redes sociales como elemento clave y definidor de nuestra nueva socialización, la familia, la fama, las modas, la juventud y la vejez son también protagonistas de esta obra.
Pero, sobre todas las cosas, el tiempo y las consecuencias de su paso en nuestras vidas (la cita que encabeza el comienzo del libro es de Marcel Proust) dan corazón a un relato fresco y que aúna lo cómico y lo trágico de manera magistral, polifónica e innovadora. ¡Muy recomendable!
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