Esta novela fundamental de apenas cien paginas es una bomba de relojería hecha con ternura e ironía, inteligencia y humor negro, y dirigida contra el sentido común establecido. Un amable artefacto literario construido por Colin Higgins para desmontar los convencionalismos sociales más arraigados. Una emotiva explosión de lucidez, de vida y de muerte. Todo aquello que damos por sentado se tambalea ante el vitalismo de Maude y su inusual historia de amor con Harold.
Maude y Harold, sin spoilers
Maude es bohemia, cosmopolita, políglota, esconde un pasado trágico, es sensible, iconoclasta y heterodoxa. Una mujer libre que vive al máximo y sin restricciones. Harold combate la indiferencia de su egoísta y frívola madre fingiendo elaborados suicidios. Es un ser oscuro, pesimista, está deprimido, solo y desesperado. Harold tiene diecinueve años, Maude va a cumplir ochenta.
Juntos, como los más improbables Romeo y Julieta, viven una historia fugaz y veloz que nos conmueve, que nos divierte hasta la carcajada y que también nos hace pensar en el absurdo de lo considerado normal por la sociedad. Un encuentro intenso que nos llena de ánimo y energía positiva para continuar adelante sin miedo a vivir.
Por encima de las justificadas crisis de Harold, que sirven para mostrarnos una brillante sátira de los pilares de la sociedad (familia, matrimonio, propiedad privada, autoridad, guerra, religión, pudor, etc.), Maude aporta a Harold la voluntad de apreciar lo excelso de la existencia, el valor de vivirla sin miedos, la capacidad de dar y recibir amor, de sentir alegría y de disfrutar el libre albedrio.
Libro y película
Esta breve novela es dinámica y visual como un guion de cine, fluida como un relato oral. Escrita sin capítulos ni interrupciones, se lee de un tirón. No en vano Colin Higgins escribió también el script de la legendaria versión cinematográfica de 1971 dirigida por Hal Ashby y que podéis ver en Filmin en este enlace. Una película de culto con un Bud Cort perfecto como Harold y una Ruth Gordon sublime como Maude. La banda sonora de Cat Stevens y la mano segura de Ashby bordan un filme que seduce e impacta como el primer día, absolutamente fiel a la novela original.
Reducida por gran parte de la critica y el publico al obsceno encuentro sexual de una anciana y un joven, catalogada como un montón de consejos de autoayuda, como un coctel mezcla de hormonas adolescentes y locuras hippies, el éxito masivo se ha resistido a esta joya de la contracultura setentera. En realidad esta metáfora del ciclo de la vida está llena de sencilla sabiduría zen y es avanzada hasta para nuestros días. Rebosa humanidad, rebeldía ante lo establecido, filosofía positiva, humor y amor.
Sin miedo a vivir
En uno de los muchos fragmentos subrayables del libro, Maude se levanta de un salto imitando a un entrenador deportivo y dice a Harold: «¡Vamos chicos, salid a jugar! ¡Arriesgaos! Aunque os hagan daño. Pero jugad lo mejor que podáis. ¡Dadme una V, dadme una I, dadme una V, dadme una I, dadme una D! ¡VIVID! Si no juegas – le advirtió -, no podrás hablar de nada en el vestuario.»
Como una eterna afrodita lanzando esencia de vida, como una irreverente lunática optimista disfrazada de tierna abuelita, Maude es la mirada limpia y certera, el espíritu positivo y dueño de si mismo que nos enseña a superar las presiones de una sociedad nunca más esclava del que dirán que hoy en día. Una libertaria en toda regla.
Romance, sátira y comedia: Pura Vida
Colin Higgins tuvo una billonaria carrera posterior al fracaso comercial de Harold Y Maude dirigiendo exitosas películas hasta que falleció por complicaciones derivadas del SIDA en 1988, apenas cumplidos 47 años. La fundación con su nombre que creó antes de morir se dedica a apoyar a jóvenes LGTBIQ en comunidades marginadas y financia programas que fomentan su liderazgo y empoderamiento.
Sin duda ese espíritu solidario y progresista es el que impregna cada pagina de esta novela, además de un entrañable amor por el genero humano y sus contradicciones. Una maravillosa aceptación de la sencilla, dramática y grandiosa fugacidad de nuestras existencias. Esta cita del libro lo expresa breve pero claramente:
«Maude – dijo Harold, asombrado – tú si que tienes buena mano para llevarte con la gente. – Bueno, -contestó ella, sonriente – ¿sabes? Es que son de mi especie.»
Tienes este pequeño gran libro a tu disposición editado por Capitan Swing en castellano en este enlace.
Si te ha gustado esta reseña, creo que también te interesará está otra de la maravillosa El Barón Rampante, de Italo Calvino.